Siglo XXI en verso
- Júlia Palacín
- 6 abr 2015
- 1 Min. de lectura

Las voces me persiguen, me acechan timbres ajenos. Aquí muchas personas corren con desenfreno. Reglas milimetradas, todo calculado. Pero nadie quiere medir el lío que se ha montado. El reloj estrecha muñecas, el estrés corre sus venas. A la noche ya ni sueñan, hundidos en sus penas. Siguen sin chistar al nuevo rey absoluto: ¿Qué hay rutina? Mañana al instituto. Vislumbran una idea,
disuelta en un vaso. La quieren solidificar: rendición ante el fracaso.
Las frutas pierden gusto, alimentos sin olor. Flores desapercibidas, ya ni llaman la atención. Árboles se desploman, hojas marrón oscuro. Tan solo en las montañas se respira aire puro. El feroz viento los ha resfriado. Una capa de maquillaje y todo arreglado. Hoy es negro mañana será azul. Modelito que, por siempre, quedará en el baúl.